La Argentina en su conjunto y Santiago del Estero en particular se encuentran en un período significativo de su historia, en el que decisiones de real envergadura pueden transformar definitivamente esta tierra de promisión.
Enredados en el fárrago de dificultades diarias en que nos desenvolvemos, nos cuesta analizar desapasionadamente nuestra real situación con las oportunidades y desafíos que se nos presentan.
Es por ello que se torna imprescindible tomar distancia de lo rutinario para examinar las posibilidades de desarrollo a mediano y largo plazo, que no es otra cosa que imaginarnos el futuro, primer paso para empezar a desplazarnos hacia él de manera consistente.
Tener claros objetivos es el camino inteligente para no distraernos en atajos inconducentes que pueden hacernos perder el rumbo y desperdiciar un tiempo siempre escaso ante la urgencia del progreso.
Nuestras vidas son efímeras comparadas con la de los países, pero nuestras acciones, nuestros aciertos o errores, son los ladrillos que van construyendo el mañana. Así, generación tras generación aportan lo suyo en el momento que le toca decidir y actuar.
Cabe entonces plantearnos las posibilidades de desarrollo sostenido de Santiago del Estero y del país, a partir de la realidad que hoy se nos presenta, proyectada en el mediano y largo plazo. Vale la pena hacerlo más allá de los lógicos errores de cálculo que podamos cometer.
Perspectivas internacionales
El escenario internacional se nos presenta sumamente beneficioso, a pesar de las dificultades que atraviesan Estados Unidos y la Unión Europea, o quizás justamente porque les toca enfrentar esas dificultades.
Concretamente, los institutos de investigación tanto a nivel público como privado, e internacional como local, coinciden en resaltar las condiciones altamente favorables para los países emergentes y en especial los productores de materias primas de origen agropecuario como Brasil y Argentina.
El vertiginoso crecimiento de los países asiáticos con dos locomotoras de gran envergadura como China e India, han convertido al mundo en un gran demandante de alimentos que nos asegura precios internacionales muy favorables para nuestras exportaciones.
Por otra parte, el golpe de mercado a las inversiones financieras y bursátiles hace preveer el mantenimiento de bajas tasas de interés internacionales, conjugado con grandes excedentes de capitales ansiosos por refugiarse en negocios productivos de la economía real de alta rentabilidad.
Finalmente Brasil, nuestro gran mercado vecino, crece como nunca antes en su historia, con estabilidad política y económica que asegura la incorporación de millones de brasileños pobres a la clase media demandantes de alimentos y automóviles que nosotros producimos.
Un país más ordenado
A nivel nacional, más allá de las dificultades propias de un país que se va recuperando luego de sufrir la más dramática crisis de su historia, están dadas las condiciones para aprovechar la favorable coyuntura internacional.
A muchos les cuesta vislumbrarlo en medio de la nebulosa que crea la confrontación política que se encuentra en un proceso de reestructuración significativo y aproximándose a una etapa electoral siempre conflictiva por definición.
Coinciden los diferentes analistas políticos y económicos que hay razones para vislumbrar un futuro promisorio, siempre y cuando se alcancen las mínimas coincidencias que nos permitan acompañar el escenario internacional. En este sentido, nos enfrentamos al desafío más importante, que ya han superado con éxito nuestros vecinos uruguayos, chilenos y brasileños.
Un gran esfuerzo conjunto
En el plano provincial, el impulso conjunto del Estado y la iniciativa privada es de fundamental importancia para el desarrollo armonioso de una sociedad que va dejando atrás desencuentros profundos manipulados ex profeso por intereses espurios.
La obra pública está montando la plataforma de lanzamiento de distintos sectores que de otra manera no podrían desarrollarse o directamente estarían condenados a vegetar. En ese sentido, mantener un adecuado nivel de obras de mantenimiento es seguramente un gran desafío para Santiago del Estero.
Los emprendedores privados están realizando un gran esfuerzo inversor que conlleva la creación de puestos de trabajo, en una provincia donde hay mucho por hacer, aunque registre poco capital comparado con sus posibilidades productivas.
De la mano del sector agropecuario, la incipiente agroindustria y el desarrollo turístico, Santiago del Estero debe aprovechar al máximo sus posibilidades, sin descuidar por ello el comercio y los servicios que mantienen miles de empleos.
Todo esfuerzo en ese sentido es valorable y a la vez insuficiente si tenemos en cuenta la tremenda cuesta a remontar hasta conseguir alcanzar la media nacional. De ahí que no tenemos tiempo que perder ni sinergia que desperdiciar.
Santiago del Estero ha iniciado un sólido camino para atraer inversiones y convocar al trabajo. Es algo que debe sostenerse y preservarse a lo largo del tiempo como una verdadera política de Estado que redundará en beneficio de todos los santiagueños.
Que este aniversario de nuestra “Madre de Ciudades” nos ayude a tomar distancia y pensar en todas las posibilidades que se nos presentan para crecer desde lo individual hacia el bien común. Será la mejor manera de festejar sus 457 años, imponentes ante nuestras efímeras vidas.
Por Lic. Gustavo Eduardo Ick
Presidente del Directorio y Director Editorial de EL LIBERAL.